miércoles, 8 de septiembre de 2010

Adolescencia y educación

Stanley Hall, en el siglo de los estudios sobre la niñez en los Estados Unidos, no sólo sentó las bases de la psicología y la educación que regirían a los infantes, sino que fue más allá y abordó otro de los periodos de mayor cambio en la vida de los hombres: la adolescencia.

La pubertad, definida por él como un periodo de tormentas y tensiones, resulta hoy la piedra angular para el estudio del resto de la psicología del individuo adulto, pues es en esta etapa cuando se define la personalidad e identidad del futuro ciudadano y hombre. Esta cuestión estaba muy presente en Hall, y consideró en su tiempo crear una educación que precisamente definiera ese carácter “deseable” a una edad de extrema sensibilidad, idealismo y recepción de las ideas de los adultos.

La educación, entonces, debía comprender dos etapas: de los 8 a los 12 años, donde se proclamaba una escuela de adiestramiento que combinara la naturaleza y la historia. Pero a los 12 años “debemos cerrar la naturaleza y abrir los libros”, es tiempo de adoctrinar con un método “mecánico, repetitivo, autoritario y dogmático”.

Si nos aferramos a la visión histórica, y decidimos comprender que esos postulados en su momento respondieron a una serie de condiciones y circunstancias de la época, quizá el juicio no sea tan severo. Pero si justamente, criticamos su visión y la tildamos de enciclopédica y tradicional, donde únicamente las fuentes de conocimiento son producidas por los libros y no por las experiencias de los alumnos, y no por la construcción del saber mediante el trabajo colaborativo y cooperativo, entonces estamos en la posición de amonestar, y más cuando ese tipo de perspectivas persisten hoy en día.

¿Se debió realmente cerrar o debemos cerrar la naturaleza, para poder trabajar con el currículo? Si enseñamos sobre la naturaleza considero que lo justo es instruir con la ayuda de ella.

Finalmente, ¿qué clase de futuro ofrecemos, maestros de adolescentes, a nuestra sociedad con un aula dogmática, mecánica, repetitiva y autoritaria?    

Por José Luis Manguila G.





Referencia: Hall, Stanley (1975), [Adolescencia] Adolescence, vol. 1, Nueva York, Ayer Company Publishers, pp. VIII-XIX. [Primera edición en ingles, 1904.]

4 comentarios:

  1. Los estudios realizados a esta etapa de la vida denominada adolescencia son relativamente recientes, pues nadie se había preocupado por indagar en ella, y mucho menos canalizar dichas investigaciones al ámbito educativo con la finalidad de mejorar la calidad del aprendizaje y de la enseñanza. Stanley Hall lo hizo y sus aportes son importantes y dignos de tomarse en cuenta.

    Sin embargo, como bien lo menciona José Luis, la metodología que propone para la formación del ciudadano que la sociedad requiere me resulta tradicional y enciclopédica, es aquí donde Hall manifiesta las tendencias positivistas que no pudo dejar completamente de lado. Ante esta situación yo optaría por una continuación entre esta interacción con la naturaleza y los contenidos curriculares, ya que cortar de manera tan brusca presupone negar ese aspecto subjetivo relacionado con los sentimientos y las emociones del alumno.

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  2. Sin duda alguna, el trabajo con adolescentes constituye una ardua labor. Entender que el joven padece una serie de conflictos internos ante el proceso de cambio por el cual pasa, resulta difícil de sobrellevar como maestros.
    Es interesante la forma en que Granville Stanley Hall, adopta una concepción educativa acerca de este periodo de vida y de las circunstancias a las cuales se enfrenta el adolescente al igual que contempla la necesidad corresponder con una enseñanza apropiada que realmente los forme para el mañana.
    Sin embargo, coincido con mis compañeros en que si bien, es necesario brindar los conocimientos necesarios a los alumnos resulta un tanto incongruente el pensar hacerlo bajo un sentido metódico o mecanicista lo cual recae en un enfoque tradicionalista, cuando se plantea la necesidad de adaptar la escuela al niño, que éste tenga contacto con su medio exterior y vaya desarrollándose cognitivamente conforme a sus etapas de crecimiento, cuando esto debiera enriquecerse con la práctica y encuentro con lo natural.

    Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

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  3. Cabe destacar que las aportaciones de Hall fueron con el sentido evolutivo del hombre pero con el miramiento formativo de la escuela. Por lo que rescato el que haya asociado al alumno en la manera de aprende en una comunidad de aprendizaje atenta y bien integrada, aquí enfatizo el constructivismo ahora en boga, ya que contempla al conocimiento como el producto de la interacción social y de la cultura, llegando a tomar en cuenta los aportes de Vygotsky (1979) en el sentido que todos los procesos psicológicos superiores (comunicación, lenguaje, razonamiento, etc.) se adquieren primero en un contexto social y luego se internalizar. En el desarrollo del adolescente, toda función aparece dos veces: primero, a escala social, y más tarde, a escala individual, primero entre personas interpsicológico, y después, en el interior del propio joven intrapsicológica. Un proceso interpersonal queda transformado en otro intrapersonal. Por lo que llego a pensar que hall a esto se refería cuando nos hablaba de la madures y del estado natural del adolescente.

    Luis Alberto Del Rivero Sánchez.

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  4. Stanley Hall propició los estudios centrados en el niño y el adolescente, brindándonos concepciones referentes a la etapa de crisis que atraviesa este último,importantes a considerar basándonos en que nuestra labor se encuentra enfocada hacia los mismos y por lo tanto debemos tratar de satisfacer sus necesidades y coadyuvar en su formación integral, para forjar a ciudadanos futuros capaces de vivir en sociedad.

    Por otra parte al igual que mis compañeros, coincido con el hecho de mantener una educación que vincule el currículo con la naturaleza, inútil es tratar de ignorarla, forzando al alumno a obtener sus aprendizajes por medio de una disciplina autoritaria y tradicionalista que solo trunque su desarrollo natural como individuo.

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