martes, 16 de noviembre de 2010

La secundaria, una agenda para la acción

Entender la calidad como un objeto deseable, conlleva a replantearse de forma constante qué aspectos deben mejorarse en todo sistema educativo. Como es bien sabido, la escuela fue creada para transmitir una serie de valores acordes a una organización institucional tradicional relacionada con la conformación de un proyecto de nación, pero el proceso de cambio social actual nos obliga a reformular las preguntas sobre los fines de la educación sobre quiénes asumen la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones y sobre qué legado cultural, qué valores, qué concepción de hombre y de sociedad deseamos transmitir.

De esta manera, partimos de la base de que aceptamos un proceso de transformación en el ámbito educativo y social, que nos muestra la aparición de nuevas formas de organización. En este tenor, conviene destacar cuán importante es establecer un marco de acción donde se configuren aquellas metas encaminadas a preparar a los estudiantes para el mundo transformado (Boyer, 1983).
De acuerdo al conjunto de prioridades establecidas en la agenda de acciones del sistema estadounidense, puedo identificar una abundante similitud con aquellas propuestas que desde décadas pasadas, se han pretendido llevar a cabo en nuestro país. Si bien, las ideas planteadas por Boyer están diseñadas en la búsqueda de la excelencia en la educación de su país, es notable que éstas deberían ser la prioridad en cualquier sistema educativo, si lo aterrizamos al nuestro, es evidente que estaríamos hablando de un incremento en calidad educativa sin embargo, por las condiciones de tipo económico, político y social del mismo éstas, nos hacen pensar que sería una verdadera utopía el llevarse a cabo dicha aplicación.

Si duda alguna, pensar en una definición de metas y propósitos claros para todos los involucrados en el proceso educativo, un currículo firmemente consolidado, que coadyuve en un sentido amplio el fortalecimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje, pensar en una real iniciativa de renovación de la profesión con finalidades claras del por qué y para qué es necesaria, aunado a un liderazgo pertinente de autoridades educativas y escolares, además de un compromiso institucional y público, conformarían la clave para mejorar las condiciones de la educación de México.

Ahora bien, ¿Cómo contribuir en el proceso de mejoramiento de la calidad educativa?, es una interrogante fácil de responder pero muy difícil de llevar a cabo. Por lo general, como estudiantes, como maestros y como miembros de la propia sociedad, estamos acostumbrados a que nos den todo en la mano, a no dar más de aquello que obtenemos.

Ante esta realidad de todos los tiempos y que impera en nuestros días, es menester que como estudiantes normalistas y futuros profesionales de la educación, vayamos consolidando una mentalidad conscientizadora, reconociendo ante todo que nuestro país actualmente sigue combatiendo el enorme monstro de la ignorancia. Por ello, debemos adquirir responsabilidad de lo que implica formar y educar a miles de niños y jóvenes además de, compromiso para favorecer y propiciar el trabajo colegiado, la formación continua y profesionalización, todo esto como parte fundamental de quienes estamos involucrados en la educación.

En este sentido, debemos entender que la calidad requiere de la contribución de todos, porque los beneficios de ésta son para todos, convendría realmente cuestionarnos ¿de qué manera estamos contribuyendo para alcanzarla?


Boyer, Ernest L. (1983), [“La secundaria, una agenda para la acción”] “High school: An agenda for action”, en High school. A report on secondary education in America, Nueva York, Harper & Row, Publishers, pp. 301-319.


Por Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

domingo, 14 de noviembre de 2010

"EL CURRICULUM DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA EN AMÉRICA LATINA: LA VISIÓN DE LOS ESPECIALISTAS"


A solicitud de la Oficina Internacional de Educación (OIE) se llevó a cabo la conferencia que lleva por nombre el titulo de este texto aquí presentado. El propósito de la misma es iniciar un diálogo  así como un proceso de cooperativo a nivel internacional enfocado a las nuevas tendencias mundiales sobre los cambios curriculares en la educación secundaria latinoamericana situado en la década de los 90.

Las grandes tendencias del desarrollo contemporáneo y América Latina

En primer lugar se habla de la globalización y como su incidencia es tal en la sociedad a grado de modificar las características y comportamientos de la masa colectiva para adaptarse a ella, surgen tendencias de desarrollo que atañen a diversos ámbitos; económico, social y cultural los cuales afectan y condicionan las posibles alternativas existentes para satisfacer las necesidades humanas de la población, particularmente las educativas.
Es posible tomar como punto de partida, una vez conocidas las tendencias, cuales son los desafíos a los que se enfrenta la educación secundaria y que respuestas se están proporcionando para atenderlas, por otra parte tenemos la cuestión de que en el mundo se llevan a cabo diversos procesos económicos, de los cuales la disminución del volumen de trabajo disponible y necesario para la satisfacción de las necesidades básicas de la población, el cual  influye en gran medida en los adolescentes que aún se están formando ya que se retrasa su inserción al campo laboral, entonces surge la disyuntiva que obliga a plantearse acerca de la cuestión de las finalidades de la educación secundaria. Cito a continuación un apartado del plan y programas de estudios de Educación secundaria.

“La finalidad de la Educación Secundaria Obligatoria es transmitir a los alumnos los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos científico, tecnológico y humanístico; afianzar en ellos hábitos de estudio y trabajo que favorezcan el aprendizaje autónomo y el desarrollo de sus capacidades, formarlos para que asuman sus deberes y ejerzan sus derechos y prepararlos para su incorporación a estudios posteriores y para su inserción laboral”

Tomando en cuenta la ultima parte. ¿Es necesario e incluso pertinente seguir formando a los adolescentes aún cuando no existan espacios para desarrollarse laboralmente? ¿Será necesario replantear las finalidades de la educación secundaria? ¿Nosotros como docentes que podemos hacer ante esta problemática?


Cecilia Braslavsky (1999), “Presentación”, “Introducción”, “Las grandes tendencias del desarrollo contemporáneo y América Latina” y “El nuevo sentido de la educación secundaria: formar competencias e identidades”, en La educación secundaria y el curriculum en América Latina: nuevas tendencias y cambios. Informe final del seminario organizado por la Oficina Internacional de la Educación, que tuvo lugar en el Instituto Internacional para la Planeación Educativa, los días 2 y 3 de septiembre de 1999 en Buenos Aires, Argentina. Ginebra, Oficina Internacional de la Educación, pp. 3, 4, 6-10 y 14-15.


Elaborado por Anyulli Martínez del Angel.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Las pruebas del oficio


Francois Dubet y Marie Duru Bellat


"El malestar de los profesores de secundaria surge de la fractura que separa un modelo y un ideal, proyectado en el pasado, de las prácticas cotidianas"

De todas las carreras destinadas al servicio, la profesión de ser maestro es la que mayores implicaciones tiene en la sociedad de cualquier país. Ser maestro ocasiona una constante lucha entre el ideal que se tiene del mismo y los crudos resultados obtenidos en la práctica educativa, lo anterior conlleva a un sentimiento de fracaso y a una estigmatización de la profesión docente.

Antes de juzgar a los profesores resulta preciso conocer las situaciones a las que se enfrentan día con día dentro del aula. En un primer momento la universalización de la educación resulta una condición determinante para las problemáticas que el texto plantea, conceder a todos la posibilidad de ingresar a este nivel resulta una afirmación congruente con una sociedad democrática en la que el sentido de igualdad de oportunidades como base para el desarrollo está muy presente, sin embargo existe la otra cara de la moneda aquella que dista del discurso educativo que tanto emplean las autoridades educativas cuando proponen una educación para todos, y es que, aterrizar un currículo preestablecido en el que se proponen contenidos y una metodología de eneñanza, que en teoría debe funcionar para el logro de aprendizajes significativos en los alumnos, confiere al docente frente a grupo un gran trabajo que no siempre es bien logrado debido a las variadas situaciones que como profesores podemos encontrar en nuestro grupo.

Esa es la realidad del profesorado una constante búsqueda de equilibrio sin embargo en esta búsqueda de equilibrio (unificación) se llega a limitar el desarrollo de los más adelantados es entonces donde surge la idea de seleccionar y crear grupos homogénicos ante los cuales también se presentan problemáticas y se llega a necesitar de la heterogeneidad. Es así como la existencia de la diversidad dentro del aula resulta innegable; más que preocuparse, el profesorado debe ocuparse en la adaptación de estrategias que le permitan encontrar un balance que no implique la limitación del desarrollo cognitivo de los alumnos más avanzados y sí una motivación para aquellos que no lo estén.

Elaborado por: Ana Victoria Benito Lagunes

Referencia: Dubet François y Marie Duru-Bellat (2000), [“Las pruebas del oficio”] “Les épreuves du métier”, en L´hipocrisie scolaire. Pour un collège en fin démocratique, París, Éditions du Seuil, pp. 17-41.