viernes, 5 de noviembre de 2010

Las pruebas del oficio


Francois Dubet y Marie Duru Bellat


"El malestar de los profesores de secundaria surge de la fractura que separa un modelo y un ideal, proyectado en el pasado, de las prácticas cotidianas"

De todas las carreras destinadas al servicio, la profesión de ser maestro es la que mayores implicaciones tiene en la sociedad de cualquier país. Ser maestro ocasiona una constante lucha entre el ideal que se tiene del mismo y los crudos resultados obtenidos en la práctica educativa, lo anterior conlleva a un sentimiento de fracaso y a una estigmatización de la profesión docente.

Antes de juzgar a los profesores resulta preciso conocer las situaciones a las que se enfrentan día con día dentro del aula. En un primer momento la universalización de la educación resulta una condición determinante para las problemáticas que el texto plantea, conceder a todos la posibilidad de ingresar a este nivel resulta una afirmación congruente con una sociedad democrática en la que el sentido de igualdad de oportunidades como base para el desarrollo está muy presente, sin embargo existe la otra cara de la moneda aquella que dista del discurso educativo que tanto emplean las autoridades educativas cuando proponen una educación para todos, y es que, aterrizar un currículo preestablecido en el que se proponen contenidos y una metodología de eneñanza, que en teoría debe funcionar para el logro de aprendizajes significativos en los alumnos, confiere al docente frente a grupo un gran trabajo que no siempre es bien logrado debido a las variadas situaciones que como profesores podemos encontrar en nuestro grupo.

Esa es la realidad del profesorado una constante búsqueda de equilibrio sin embargo en esta búsqueda de equilibrio (unificación) se llega a limitar el desarrollo de los más adelantados es entonces donde surge la idea de seleccionar y crear grupos homogénicos ante los cuales también se presentan problemáticas y se llega a necesitar de la heterogeneidad. Es así como la existencia de la diversidad dentro del aula resulta innegable; más que preocuparse, el profesorado debe ocuparse en la adaptación de estrategias que le permitan encontrar un balance que no implique la limitación del desarrollo cognitivo de los alumnos más avanzados y sí una motivación para aquellos que no lo estén.

Elaborado por: Ana Victoria Benito Lagunes

Referencia: Dubet François y Marie Duru-Bellat (2000), [“Las pruebas del oficio”] “Les épreuves du métier”, en L´hipocrisie scolaire. Pour un collège en fin démocratique, París, Éditions du Seuil, pp. 17-41.

4 comentarios:

  1. Se dice que el tiempo que los adolescentes pasan en la secundaria, la escuela no logra involucrarlos ni compensar sus necesidades, por lo que el trabajo principal de la escuela es esa integración del alumno a la sociedad, en su caso los profesores son los primeros en resentir los efectos de los fenómenos anteriores ya que viven directamente la insatisfacción de sus alumnos. Los padres de familia, por su parte, se interesan sobre todo en el mercado de trabajo, desean que los maestros impartan conocimientos útiles y preparen a sus hijos para el mundo que les espera. Ellos aspiran a que los adolescentes aprendan en un ambiente sano, tranquilo y sin violencia; que los maestros comprendan a sus hijos, los apoyen cuando lo requieran, los estimulen para seguir adelante y los preparen para su vida futura.
    Por otro lado se habla de la falta de adecuación del modelo actual de la escuela secundaria a las características de los jóvenes de ahora, más la insatisfacción de las necesidades y demandas propias de su edad, son razones suficientes como para provocar la deserción y bajos logros en el aprendizaje.

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  2. Nos menciona Dubet, que la escuela esta abierta a los cuatro vientos de los problemas sociales (la pobreza, el desempleo, las crisis familiares, la diversidad de alumnos…), y por consiguiente quienes laboran en ella son blanco de los variados tipos de protesta social.
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    La profesión docente, se constituye como una empresa muy difícil de abarcar, pero como bien mencionan son parte de las pruebas que todo oficio ofrece, sin embargo esta labor se torna más complicada porque no trabajamos con materiales sino con seres humanos, muy distintos unos de otros a los cuales hay que ofrecer una atención equitativa e igualitaria.
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    Los alumnos, cultura extranjera a la escuela, deben recuperar las esperanzas de progreso que hasta algunos años proporcionaba el estudio, este retorno estará marcado por la repatriación de la escuela a los terrenos de la calidad.

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  3. En la actualidad el docente es señalado y criticado, por el decaimiento que ha generado en su práctica educativa. La pérdida de interés del mismo, por mejorar las condiciones de enseñanza y de aprendizaje en los alumnos se hace presente de forma considerable. ¿A qué se deberá esto? ¿Qué problemas e historia viene cargando consigo el docente?

    Sin duda alguna, ciertas características del trabajo docente coadyuvan al “malestar” que en nuestros días parece ir incrementando y traspolarse a diversos contextos áulicos, alterando no solo el quehacer docente sino también, el desempeño escolar de los alumnos e incluso la salud del propio maestro, aspectos que se reducen a las experiencias un tanto desagradables que ha vivido profesionalmente, a la par de condiciones históricas y personales que pueden llegar a atormentarlo e influirle en su devenir cotidiano, acrecentando en este sentido una cantidad de docentes que desconocen la verdadera esencia de su profesión, y que han sido olvidados por un sistema que se reproduce bajo discursos que suelen ser un tanto irreales con lo sucedido en diversas aulas y contextos sociales.

    Coincido con Ana Victoria, en concebir que el “malestar” surge cuando el docente, enfrenta la realidad de una escuela compleja, prácticas educativas que se quedan en el simple discurso manejado por el sistema, el choque entre objetivos ambiciosos planteados por este último y el fracaso del profesor al no poder concretarlos como tal.

    Aunado a esto, coincido con Dubet en que tal parece hoy día, la pasión de los maestros por la escuela ha decaído, ha tomado un rostro amargo y frustrado, además de un desconcierto total en éstos y en lo que esperan lograr con los alumnos, lo cual creo puede atribuirse a distintos factores, uno de ellos y con mayor impacto, el que el nivel de secundaria esté dotado de profesores expertos en cierta área disciplinaria, no propia o relacionada directamente con el magisterio, colocando de esta manera, un panorama educativo un tanto desalentador si partimos de cuán difícil resulta que éstos, alcancen desprenderse de estilos academicistas por los cuales se han formado y logren construir esas tan anheladas condiciones pedagógicas en sus alumnos, que les permitan enseñar y aprender respectivamente.

    Por: Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

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  4. EL trabajo de la docencia es un servicio que deja muchas satisfacciones para quien lo ejerce, sin embargo las repercusiones que trae el mismo suelen opacar muchas veces todo lo positivo de la labor. El sistema educativo es muy ambicioso, las instituciones desean que la educación que se imparta a los alumnos sea eficiente y cumpla con todas las expectativas que la sociedad demanda, sin embargo cuando algo sale mal, la culpa suele ser indiscutiblemente de los maestros, quienes no son lo suficientemente buenos para cumplir todas las exigencias del colectivo, es ahí donde surge parte del malestar docente: la presión de la sociedad, absorber los fracasos que se les, lidiar con problemáticas adolescentes etc.

    Tal como lo expresa Dubet “La enseñanza es un oficio en el que uno se siente directa y personalmente cuestionado por sus propio trabajo…”, aunque, nuestro trabajo se encuentra condicionado a lo que establezcan las autoridades, no se puede proporcionar una verdadera enseñanza de calidad si los demás actores que intervienen en la dinámica escolar no contribuyen al mejoramiento de la misma.

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