lunes, 25 de octubre de 2010

La trampa universal



La educación es una función natural de la comunidad que se da inevitablemente, ya que los jóvenes van creciendo a partir de los conocimientos de los mayores. La escolaridad formal fue un auxiliar razonable de este proceso inevitable en estos años de fuertes corrientes.
Las escuelas públicas de los Estados unidos han ejercido una fuerza poderosa y benigna para democratizar a una enorme población heterogénea. Pero el verdadero sentido de esa educación es formar y educar su sociedad y su “desarrollo individual”. Pero se pensó que el hecho de seguir valorándolas igual, cuando las condiciones habían cambiado se volvió una trampa universal y la democracia comenzó a aparecer como una reglamentación siendo esta una visión distinta la que obsequiaba la escuela.
Por lo que las escuelas casi han dejado de ser y de representar cualquier valor humano; más bien se habían adaptado con sencillez a un sistema mecánico, y se cuestionaba si sus jóvenes debían seguir en la escuela puesto que era nada formativa, cabe declarar que había una preocupación por la educación por lo que se llegó a la idea de darles una oportunidad para que tuvieran un futuro más decente y prometedor.
En este contexto la escuela se consideraba como una de las instituciones más legítimas y confiables, pero esa percepción se modifico en un objeto de denuncia y crítica social, calificándola de promotora de la ideología y valores de un grupo dominante, que no respondía a las necesidades de un sistema, por lo que se encontraba al margen de las necesidades de los sujetos en formación. Ubicando a la escuela en un nuevo contexto, diferenciado por problemas sociales y políticos. Cabe destacar que la visión presentada lleva a la conceptualización de la escuela como un medio que produce mediocridad y conformismo, que impide tanto la independencia como la originalidad de pensamiento y que contribuye a la injusticia social y a la discriminación. A decir verdad hubo una crítica a la escuela por una corriente radical, que género la necesidad de pensar en una posibilidad más constructiva, que considere las contradicciones que la sociedad encarna, producto de una “revolución cultural.
 Elaboró: Luis Alberto Del Rivero Sánchez

Referencia:
Goodman, Paul (1985), “La trampa universal” en Olac Fuentes Molinar (comp.), Crítica a la escuela. El reformismo radical en Estados Unidos, México, SEP/El Caballito, pp. 65-88.

3 comentarios:

  1. La escuela vendida como palanca nacional del cambio social ha caído más bajo que en los tiempos del militarismo, cuando se usó para hacer la guerra a otros pueblos mediante el adoctrinamiento y el nacionalismo exacerbado. Está disfrazada de intereses capitalistas, reducida a una simple mercancía de compra y venta, formadora de mentes débiles que no causen una revolución o denieguen de las empresas.

    Pobre de sus alumnos, condenados a perpetuar las clases sociales, a permanecer en el despojo, en el sometimiento y la desmoralización. Una venda ha caído sobre ellos y los ha cegado, repiten actos llenos de banalidad, consumen vulgarmente, caminan con audífonos que impiden escuchar el llamado de cambio, se levantan trivialmente dispuestos a seguir la misma rutina, una vida de fruslerías, puerilidad e insipidez.

    ¿Para qué o para quiénes estoy formando a los adolescentes? Para “una vida productiva en las empresas”, para “una convivencia armónica con sus semejantes y en estricta observancia de las leyes” o para que se comporten bien en la escuela; me sentía un instrumento antes de leer esta lección, ahora veo que lo soy, y quizá sea de los perversos intereses gubernamentales o empresariales, pero la conciencia sobre ello, me obliga a tomar acciones, a formar chicos críticos, reflexivos, capaces de vivir para su propia felicidad y de sus semejantes.

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  2. Como bien lo plantea Goodman, la escuela cumple dos papeles: uno educativo y otro no educativo, éste último hace referencia a la carga pragmática que el gobierno estadounidense imprime a su educación con fines de expandir su economía mediante gente especializada que siga las normas impuestas y por ende no desafíe la autoridad, se inculca una ideología de supervivencia a costa de todo, en éste hecho son las escuelas parte importante del adoctrinamiento que se vive; es así como dicho país a dejado de lado los ideales morales de igualdad y equidad que en su momento dieron forma a su sistema educativo, parecen lejanas las aspiraciones de Jefferson y Madison por formar ciudadanos que hicieran la sociedad, no ciudadanos que participaran o se ajustaran a ella.

    De esta manera constato que la escuela es finalmente un mecanismo de control por parte del Estado ya que es en ella donde se forma a los individuos en función de lo que éste último requiere. Pero también es en la escuela donde “se refleja nuestra sociedad, enfatizando las peores características”.

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  3. Resulta preocupante como desde antaño hasta ogaño, permea una importante introducción de ideas concernientes a los fines de la productividad y mercantilismo en el terreno educativo, si bien es compleja la tarea que le es asignada a la escuela quien debe fungir como formadora en su sentido amplio, más lo es cuando se le está exigiendo que atienda y responda a fines económicos y competitivos para el progreso de su país. ¿Es en verdad, la educación una vía para mejorar las condiciones económicas de un país? No cabe duda, que se ha pretendido que así sea, sólo nos resta velar porque no se destruya el real sentido de educar y por supuesto, esperar los resultados que como siempre tanto se pretenden alcanzar.

    Por: Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

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