domingo, 19 de diciembre de 2010

La reforma de la Educación Secundaria: la experiencia de España


Las reformas educativas en nuestro país así como en muchos otros, tienden a la mejora de múltiples aspectos que conforman el entramado concepto de educación; con la eminente globalización resulta común encontrar aspectos cada vez más similares entre propuestas de reformas educativas de un país a otro. En el caso de México, España ha sido el eterno modelo a seguir, tomando de dicho país paradigmas que son aplicados al nuestro sin siquiera medir las consecuencias del impacto que puede ocasionar, puesto que lo importante para nuestras autoridades educativas en turno es dejar su huella, su “gran” aporte a la educación de este diverso país que es México.

Como el propio autor en su crítica a la Reforma Educativa, que fue puesta en marcha en España, lo plantea “en definitiva, es el entorno de cada país, la propia historia, la cultura y la tradición educativa de cada uno lo que no puede ser olvidado. No es posible exportar experiencias sin más, sino que cada país debe partir de su propia experiencia y de su propia reflexión” concuerdo totalmente con lo que expresó Álvaro Marchesi en 1995, cada país tiene y debe tomar como punto de partida la situación real en la que se encuentran todos los sectores que componen su sociedad para diseñar a partir de ello una serie de estrategias diferenciadas que coadyuven al logro de una sociedad cada vez más equitativa.

Ante ello, comparar el desarrollo de México con relación a otros países que se configuran de una manera totalmente distinta a la nuestra, por ejemplo nuestro ingreso a la OCDE, resulta desastroso y para nada fructífero en materia de avance no sólo educativo sino también económico y social. De este modo sostengo que antes de engrosar las filas de países con intentos de convertirse en desarrollados, debemos dar un vistazo a las condiciones tan deplorables en las que vive gran parte de nuestra población mexicana. Lo prioritario para nuestras autoridades en todos sus sentidos entonces debería ser garantizar en todos los estratos sociales el cubrimiento de las necesidades básicas de subsistencia, paralelo al desarrollo de nuevos modelos educativos que atiendan las necesidades de cada contexto claro está.

La desigualdad en la distribución de los recursos en México es una práctica que merma cualquier intento de cambio social y mientras esto siga existiendo de una manera tan evidente el avance simplemente no podrá llevarse a cabo. Es así como debemos detenernos a repensar qué y cómo estamos haciendo nuestro trabajo, si de verdad estamos contribuyendo a algún cambio o si lo haremos en un futuro. Puesto que la educación es la base gestora de todo cambio y los maestros somos piezas fundamentales en ello.

Elaboró: Ana Victoria Benito Lagunes

Referencia: Marchesi, Álvaro (1995), “La reforma de la educación secundaria: la experiencia de España”, en Revista Iberoamericana de Educación, núm. 9, Madrid, Organización de Estados Iberoame-ricanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, pp. 77-90.

4 comentarios:

  1. El hablar de reformas educativas es inevitable relacionarlas con expectativas políticas, Igualmente a problemas presupuestarios relacionados con la propia gestión, y dificultades que responden a las resistencias al cambio que se produce, en lugar de verlas como esa modificación para atender las diferentes demandas sociales. Por lo que se debate en cuáles son sus criterios, los objetos, los procedimientos.
    El punto de partida de la reforma en Educación secundaria en España es la inclusión de la tecnología y la comunicación, el hecho de estar consciente de las dificultades que existen para lograr la integración social de los distintos sectores, la necesidad de atender a la diversidad de los alumnos, la calidad de la enseñanza, la evaluación, la información y la elección de los centros educativos es un discurso que se me hace familiar con las nuevas reformas en México de Educación Básica, y es que nuestro país se ha valido de estas reformas en España y otros países para ser aplicadas en nuestro país.
    Y a lo mejor no haya una mala idea de querer aplicarlas en México, pero el hecho es que no se quede en una reforma más, mal empleada, porque a decir verdad estas parten de la formación completa de sus alumnos (educación integral), puesto que cada vez con mayor frecuencia los ciudadanos exigen una educación más completa. Por lo que la educación debe proporcionarles a los alumnos una instrucción cívica y los conocimientos y habilidades básicas que les permitan manejarse y aprender por sí mismos, el conseguir personas autónomas, responsables y solidarias. A ese objetivo debe subordinarse la organización de las asignaturas, materias, contenidos, tiempo, etc. Pero cundo se hacen las reformas esto parece ser el último objetivo.

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  2. A través de los años las diversas reformas educativas han aparecido como simples prácticas sociales, las cuales considero son privilegiadas de proyectos políticos, afectando directamente a los procesos de enseñanza y aprendizaje y contenidos curriculares, al ser alterados por modificaciones que impactan directamente en las formas de enseñanza y formación de docentes. Ante la presente época de cambios y transformaciones en el sector social, es imposible no pensar en escuelas sin reformas educativas ya que, éstas se hacen necesarias cuando ciertas tendencias son reorientadas en “beneficio de la nación”. Indudablemente, las variadas propuestas de reformas educativas son vistas en función de los intereses de un sector específico, me refiero al económico. Por tanto, pienso que las reformas se convierten en discursos con aspiraciones ilusorias encaminadas a la pronta “solución de problemas” en el sector educativo. De esta manera, es fácil concebir a las reformas educativas como mitos porque contienen una gran interpretación que se desarrolla en el marco de un discurso, técnicamente elaborado, científicamente sustentado y semánticamente significativo.

    En nuestro país, todo indica que ninguna de las reformas aplicadas ha mejorado la calidad de la educación impartida en el sistema escolar. Entonces ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué ninguna de las reformas educativas ha resuelto los problemas que pretendía resolver? ¿Son necesarias continuas reformas al sistema educativo escolar? ¿No sería conveniente detenernos y mirar a nuestro entorno y, antes de seguir proponiendo más reformas, examinar por qué han fallado todas las anteriores? ¿Cuáles son los errores que se han cometido?
    Aunque dichos cuestionamientos resulten ser un tanto ambiciosos, considero que conformarían una base muy importante como replanteamiento hacia la puesta en marcha y resignificación de las mismas. Lo cierto es que nos encontramos ante una enorme ola de generación tras generación de propuestas para alcanzar los mejores logros educativos y no ante la revaloración de las acciones ya emprendidas las cuales, se supeditan tristemente a evaluaciones estandarizadas que no reflejan de forma real los resultados de su aplicación. Una terrible paradoja nos embarga como profesores, el reproducir una enseñanza auténtica y situaciones de aprendizaje que reflejen lo estipulado en las nuevas reformas educativas representa un gran reto siendo éstas, un tanto difíciles de concretar. Coincido con el autor en que las reformas, requieren un esfuerzo permanente el cual recae directamente en los profesores. De esta manera, solo nos resta ser partícipes de su ejecución y generar situaciones que permitan aterrizarlas en el contexto escolar de la forma más pertinentemente posible.

    por: Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

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  3. España reconoce que no es posible exportar experiencias sin más, pues cada país debe partir de sus propias prácticas, ¿Y México? Nuestro país se ha sumido en el clásico ambiente escolar del copiar, trasladar sin el más mínimo de miramientos, sin la más exhaustiva revisión y colocar en la circulación de los debates pedagógicos a grandes teorizadores del viejo continente en detrimento de nuestros autores, quienes seguramente conocen más de este país pero como no son aliados de los funcionarios de la secretaría o del sindicato se les sume en un completo olvido.

    Es hora de mirar quienes somos los docentes, alumnos y las necesidades de la sociedad MEXICANA. Ya basta de golpear nuestra riqueza cultural, la diversidad de población y la imagen del profesorado.

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  4. Estoy de acuerdo en retomar ciertos aspectos del modelo español y trasladar los mismos al sistema educativo mexicano, sin embargo no se trata solamente de copiar sino apropiarse de lo estrictamente necesario y replantear lo que realmente requiere el país, adaptar las reformas y el currículo a las condiciones de vida presentes en nuestro México, porque si bien es cierto que algunos rubros son disfuncionales en el España ¿por qué aplicar en nuestro país algo que no funciona? de que sirve tomar como ejemplo diversos modelos educativos si no se llevan a cabo las adecuaciones pertinentes para cubrir con las demandas y necesidades que requiere la juventud mexicana.

    Estas entre otras cuestiones son las que tendrán que considerarse a la hora de elaborar propuestas y reformas educativas, que lejos de solucionar el problema terminan agravándolo creando dificultades mayores tanto para los docentes como los alumnos principalmente, es necesario insistir en el hecho de que tal tarea le compete a todos y no solo a una minoría de la sociedad.

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