sábado, 18 de diciembre de 2010

“La zona nebulosa de la Educación Básica”


Telesecundaria Nuevo Yibeljoj Chenalho Chiapas, Méx.

La Educación Secundaria es el nivel más complejo de todos los que conforman la organización de la Educación en nuestro país, ya que su estructura resulta ser indefinida, puesto que su misión aún sigue siendo la de preparar a los futuros ciudadanos y proporcionar las bases para orientarlos hacia una vida productiva, y peor aún que ambas funciones son desarrolladas deficientemente.
Desde sus inicios se manejó que la Educación Secundaria debía ser una escuela para adolescentes, pero el hecho de tener un papel propedéutico y terminal, la ha condenado. Tales son los casos de las modalidades que conforman la Educación Secundaria (Técnica, General y Telesecundaria) las cuales fueron creadas con diferentes visiones, en su caso la Técnica y General para alumnos que no están en condiciones de obtener un adiestramiento superior, y la Telesecundaria para poder tener más cobertura.
También se consideran aspectos como acumulación de conocimientos y el número excesivo de materias, puesto que se espera que los alumnos asimilen una gran cantidad de información de cada una de las materias que, por otra parte, dada la organización de la secundaria, raras veces se relacionan entre sí. Pero la organización de esas áreas no es el debate de fondo, sino  el hecho de lograr que su contenido sea verdaderamente formativo y significativo para el alumno.
El hecho que la educación secundaria, por sus propias características, debe estar abierta a la sociedad, a las opciones y sistemas de colaboración que puedan surgir, a nuevas experiencias para los alumnos, el hecho de conseguir que el centro educativo tenga una estrecha relación con otras instituciones, la participación de la sociedad y de la comunidad educativa, así como esa sensibilidad para favorecer la compensación de las desigualdades, es también de lo que se busca en nuestra Educación Mexicana que se encuentra carente de equidad, de calidad, de ese compromiso por parte del Estado y algunos actores del sector educativo.
A decir verdad  el problema radica en ese sentido y debate político en que se ven inmersos los maestros, es una práctica que está afectando todo el sistema educativo, ya que la política laboral para muchos es de más relevancia que la misma enseñanza en el aula, el hecho que el Sindicato mayoritario sea quien se encargue de las reformas en la educación es el detonante para que nuestros sistema educativo no logre querer hacer ese cambio.

Sandoval, Etelvina (1994), “La zona nebulosa de la educación básica” en Huaxyácac. Revista de educación, año I, núm. 3, mayo-agosto, Oaxaca, IEEPO, pp. 6-9.
Elaboró: Luís Alberto Del Rivero Sánchez

4 comentarios:

  1. Se posee el conocimiento acerca de las privaciones que atañen al sistema educativo y lo que se debe replantear para la mejora del mismo, tomando como elemento primordial a modificar la calidad de la educación que se ofrece a los estudiantes, sin embargo ¿Por qué se sigue en las mismas circunstancias?, es cierto, se han efectuado modificaciones, elaborado propuestas para adecuar el currículo, así como las condiciones de trabajo etc. sin embargo poco se ha interesado el gobierno, las instituciones y en buena parte la sociedad en procurar que tales cambios se realicen de manera efectiva y principalmente para atender a las necesidades de los adolescentes, las cuales se dejan de lado al moverse por intereses personales.

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  2. Por años, hemos escuchado hablar de la importancia que la intervención docente tiene en la práctica educativa, sin embargo, poco se habla de su intervención y participación en la construcción de nuevas reformas curriculares. Ante esta realidad que impera en nuestros días, pienso que es de suma importancia tomar en cuenta la experiencia y puntos de vista de los profesionales de la educación, así como hacerles partícipes de los cambios y propuestas curriculares previo a la consolidación de las reformas como tales, ya que son éstos quienes con sus aportaciones contribuirían a fortalecer dichas reformas en su sentido amplio, evidenciando qué elementos son necesarios para la formación de nuestros alumnos en cualquier nivel educativo y contexto escolar sin embargo, no es así.

    No podemos negar que este aspecto sería importantísimo para mejorar el trabajo de los profesores antes, durante y después de una reforma, aunque la otra cara de la moneda nos muestra que hoy día, es al docente a quien se le delega la principal obligación de llevar a cabo una educación ampliamente “formativa”, asumiendo de esta manera tendencias que obedecen no principalmente al progreso educativo de una nación, sino de todos los sectores que en ella intervienen, tal es el caso de nuestro país, donde nos pretenden hacer formar no solo por el placer y satisfacción de elevar el capital cultural del mismo, sino del sector político y laboral pretendiéndonos formar para la tan famosa “productividad y para la vida”, dejando de lado que los conocimientos adquiridos por nuestros jóvenes, sean útiles no solo para su vida personal sino también para su vida social, lo cual no considero cruel si se les asegurara a cada uno de nuestros adolescentes la oportunidad de acceder a una mejor calidad de vida y a oportunidades de empleo, lo cual considerando las condiciones de nuestro país sería sumamente utópico.

    Considero, que el destino de nuestros jóvenes adolescentes es tan incierto como la puesta en marcha de la actual reforma. Es entonces que sólo nos resta como docentes, seguir readecuando lo plateado en el currículo y en los planes y programas de estudio, pues como es bien sabido solo de esta forma iremos contribuyendo a ir aclarando una de las tantas nebulosas de atañen a nuestra educación secundaria, tal como lo plantea Etelvina Sandoval, me refiero a una escasa participación auténtica de maestros ante los cambios generados en materia educativa.

    Por: Maryneé Guadalupe Delgado Rodríguez

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  3. La carencia de un propósito específico a lo largo de la historia de la secundaria la vuelve el peldaño más entramado que conforma la educación básica en nuestro país, a causa de ello los agentes que laboran en dicho nivel se encuntran ante la incertidumbre de no tener claro el para qué y el por qué de las cosas lo que contribuye a la enajenación por parte de los docentes para ser partícipes de los proyectos de reforma en el sentido más amplio.

    Sin embargo debe tenerse bien claro que específicar propósitos en la educación secundaria no implica el establecimiento de "normas" anquilosadas las cuales deben cumplirse con un rigo metódico, sino esa apertura guiada por ciertos aspectos los cuales son importantes y deben tenerse en cuenta.

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  4. La zona nebulosa de la secundaria puede dejar de ser considerada como tal, si los individuos, entidades y usuarios tienen una idea clara sobre la función, características y condiciones en que debe operar el último eslabón de la educación básica.

    Cuando el compañero Luis nos menciona que el contenido que se imparta en la escuela secundaria debe ser formativo y significativo para el alumno, desde ese momento la nébula que se cerní sobre ella se va despejando cada vez más y quedará totalmente claro cuando realmente esas ideas pasen al terreno de la didáctica, de los planes y programas y del consenso de la sociedad.

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